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Psicoterapia y Neuropsicología, una simbiosis inevitable.

Con frecuencia, en la atención que se brinda a personas que han sufrido daño cerebral de algún tipo, la mejoría en el estado afectivo tanto del propio paciente como de la familia requiere de atención psicoterapéutica, a su vez, la eficacia en dicha atención beneficia y facilita el trabajo de intervención neuropsicológica, ya que genera condiciones apropiadas para la reincorporación del paciente a sus actividades básicas, instrumentales y/o especializadas de la vida cotidiana.


En un sentido inverso, pero de magnitud similar, para alguien dedicado a la psicoterapia, específicamente a la atención de pacientes con alteraciones en el funcionamiento del sistema nervioso central y, en consecuencia, de determinados procesos psicológicos, es importante para su trabajo profesional, conocer qué procesos y en qué magnitud se encuentran alterados.


Al respecto, González-Ramírez (2017), hace referencia a las técnicas de la terapia cognitivo conductual, las cuales han demostrado eficacia clínica en pacientes con daño cerebral y pone énfasis en que un aspecto fundamental a considerar para que dichas técnicas funcionen, es el estado del lenguaje en los pacientes, pues, de estar afectado, su función reguladora, la cual es con frecuencia utilizada en la implementación de técnicas cognitivo-conductuales, no estaría cumpliendo su papel y, por lo tanto, el proceso psicoterapéutico se vería directamente afectado de manera negativa.


En el marco de lo mencionado anteriormente y escalando a un siguiente nivel de integración y utilización de los conocimientos en neuropsicología por parte de quienes se dedican a la psicoterapia, dominar conceptos básicos y fundamentos teóricos propios de la neuropsicología clínica, les permitiría adecuar las técnicas psicoterapéuticas empleadas con sus pacientes, en función de características neuropsicológicas específicas de cada caso, permitiéndoles una adaptación de su modelo terapéutico a las necesidades y perfil cognitivo del paciente y así, evitar forzar la utilización de técnicas que probablemente no tengan eficacia.


Así, como enfatiza Morales-Hernández (2021) Integrar los conocimientos de la neuropsicología clínica y la psicoterapia permiten tener un panorama más completo de la problemática de los pacientes, pues el análisis y abordaje de los fenómenos que llegan al consultorio, no se limitan únicamente a funciones cognitivas y aspectos cerebrales que las condicionan; o a los pensamientos, emociones y comportamiento, sino que se requiere de un acercamiento integral y complementario. Lo anterior proporciona, además, mayor certeza a los pacientes al comprender la naturaleza de sus problemas y las decisiones terapéuticas que se toman.



Referencias

González-Ramírez, V. (2017). Neuropsicología y psicoterapia. En Villa- Rodríguez, M.A., Navarro-Calvillo, M.E. y Villaseñor-Cabrera, T. (Eds.) Neuropsicología clínica hospitalaria (pp. 339-352). Manual Moderno.

Moráles-Hernández, J. (2021, 8 de enero). Neuropsicología y psicoterapia : integrando dos perspectivas clínicas. Consultado el 27 de abril de 2023. https://cuved.unam.mx/divulgacion/index.php/CPMDP/XIVCPPUNAM2020/paper/view/1217


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