top of page

Revelando la verdad: Separando la Realidad de la Ficción sobre el Trastorno del Espectro Autista

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del desarrollo neurológico que afecta la comunicación, la interacción social y el comportamiento de una persona. El término «espectro» se utiliza porque el TEA abarca una amplia gama de manifestaciones clínicas y grados de severidad, lo que significa que las características y desafíos asociados con el trastorno pueden variar significativamente de una persona a otra, de modo que el TEA es un trastorno complejo y diverso que resulta fundamental entender para ofrecer el apoyo necesario a las personas que lo experimentan. 

La falta de información precisa sobre el autismo ha llevado a la propagación de mitos y concepciones erróneas sobre esta condición. En este sentido, existen muchos mitos que rodean a este trastorno y que dan lugar a malentendidos y estigmatizaciones, los cuales abarcan el origen, la evolución, el tratamiento y las supuestas curas del mismo, lo que puede tener efectos negativos en la salud física y mental de las personas con TEA, así como en la confusión y frustración de sus padres.


Los niños con TEA son superdotados:

Si bien algunas personas con TEA pueden tener habilidades excepcionales en áreas específicas, el desarrollo de talentos especiales no forma parte de las características de este trastorno, por lo que no es apropiado generalizar y afirmar que este es un factor presente en todos los individuos autistas,  existe una relación de 1 por cada 10 autistas que sobresalen en matemáticas, alta capacidad de memoria, arte, etc. El TEA es un espectro, lo que significa que se manifiesta de manera diferente en cada individuo y su desarrollo puede depender de la estimulación que reciban.

Esta idea tiende a crear expectativas poco realistas sobre el rendimiento de las personas con esta condición, ya que no se tiene en cuenta las características específicas que surgen debido a la presencia del trastorno. Esta creencia puede llevar a que los padres se sientan frustrados al no comprender por qué su hijo no avanza al mismo ritmo que sus compañeros, a pesar de tener “cierto nivel de inteligencia”. Esta concepción equivocada puede llevar a la creencia de que las personas con autismo no realizan ciertas tareas porque no quieren, lo que, puede generar un tipo de discriminación hacia ellas.


El TEA es causado por las vacunas: 

Durante años ha circulado la creencia de que existe una relación entre el autismo y la administración indiscriminada de vacunas, sin embargo, estudios científicos han demostrado que no existe una conexión entre las vacunas y el TEA. El Trastorno del Espectro Autista es un trastorno del neurodesarrollo que no surge como consecuencia de factores externos e, independientemente de ello, lo importante es saber diagnosticarlo oportunamente.


Dependen de sus padres toda la vida: 

Este es un mito ampliamente difundido en la sociedad sobre el autismo. Es importante recordar que el autismo no es una enfermedad, sino un conjunto de disfunciones neurológicas que se reflejan en la conducta de una persona. La extensión de la afectación está relacionada con el tipo específico de trastorno autista que la persona presenta. Esto, a su vez, determina el nivel de apoyo y cuidado que requerirá a lo largo de su vida. Algunos individuos con este síndrome pueden llegar a ser autosuficientes en términos neurológicos y psicológicos, similar a cualquier persona que no presenta esta condición, mientras que otros con autismo más severo pueden necesitar atención constante para llevar a cabo actividades cotidianas de manera adecuada. Por lo tanto, la veracidad de esta afirmación depende del grado de autismo que tenga el individuo en cuestión.

Las personas con TEA no pueden ir al colegio: 

Este es un mito que puede llevar a la exclusión social de las personas con TEA. Las personas diagnosticadas con Trastorno del Espectro Autista tienen la capacidad y la necesidad de participar en contextos sociales y educativos, como la escolarización. Aunque es posible que no alcancen un rendimiento académico típico, este entorno les brinda una oportunidad cognitiva para desarrollar habilidades sociales que pueden estar limitadas debido a su condición. Existen estrategias y recursos disponibles para apoyar su aprendizaje.


Las personas con TEA son violentas: 

Este suele ser un mito común que puede llevar a la estigmatización de las personas con TEA. Al encontrarse afectada sus funciones ejecutivas (capacidad de planeación, inhibición, control de impulsos, memoria de trabajo, flexibilidad, atención, entre otros) en esta población, es común observar que manifiestan comportamientos agresivos como una manera de expresión. Estos comportamientos están relacionados con dificultades en la planificación, la organización, la resistencia a cambios y la capacidad para controlar reacciones impulsivas; los cuales surgen ante pequeños cambios repentinos en su entorno, provocando que sus reacciones a menudo parezcan excesivos a primera vista y se interpreten erróneamente como violentos, pero en realidad se deben a factores orgánicos, como problemas para controlar la frustración y una baja tolerancia a ella. 


Siempre están encerrados en sí mismos: 

El síntoma más reconocido del autismo es su propensión al aislamiento, pero considerar que todas las personas con autismo están constantemente aisladas es mantener un estereotipo que excluye a un gran número de ellas que buscan establecer conexiones con quienes las rodean. Durante el proceso de tratamiento, la mayoría de ellas adquieren habilidades mínimas de interacción y disfrutan compartiendo tiempo y actividades con otras personas. Su falta de habilidades para iniciar la comunicación, tanto con niños como con adultos, les impide mantener interacciones adecuadas, lo que puede llevar a parecer que se aíslan por elección, cuando en realidad es resultado de su dificultad para comunicarse. Por lo tanto, es crucial enfocarse en enseñarles habilidades de comunicación como un objetivo fundamental en su tratamiento. 


El TEA se cura con el tiempo:

El TEA es un síndrome clínico y no una enfermedad curable. Los síntomas pueden tratarse y disminuirse con medicamentos e integrándose con terapia psicológica, neuropsicológica y psiquiátrica. La información actual sobre la eficacia de las terapias psicológicas de intervención conductual en individuos con autismo indican una mejora en su desarrollo, tomando en cuenta la dedicación constante y la implementación de procedimientos cuidadosamente planificados y organizados. Esto conduce al aprendizaje de comportamientos funcionales que pueden proporcionar una mayor independencia tanto para las personas con autismo como para sus familias. La atención neuropsicológica puede ser una herramienta valiosa en el diagnóstico, la evaluación y el tratamiento de niños con TEA. Ayuda a identificar áreas específicas de fortalezas y debilidades en el desarrollo del niño y proporciona estrategias basadas en evidencia para mejorar su desarrollo. 


Es importante destacar que el TEA es un trastorno muy variable, y cada persona en el espectro es única. Algunas personas con TEA pueden tener habilidades excepcionales en áreas específicas, mientras que otras pueden enfrentar desafíos significativos en áreas de la vida cotidiana. La detección temprana y el apoyo adecuado pueden ayudar a las personas con TEA a desarrollar habilidades y mejorar su calidad de vida.


El diagnóstico y tratamiento del TEA suelen ser llevados a cabo por equipos multidisciplinarios de profesionales de la salud, que pueden incluir psicólogos, neuropsicólogos, psiquiatras, terapeutas del habla, terapeutas ocupacionales, entre otros especialistas. El objetivo es proporcionar intervenciones personalizadas que aborden las necesidades individuales de cada persona en el espectro autista. 


Referencias

Alvarez-López, E., Paul Saft, M., Barragán-Espinosa, J., Calderón-Vazquez, I., Torres-Córdoba, E., Beltran-Perraza, L., Lopez-Meraz, L., Manzo, J., Morgado-Valle, C. (2014). Autismo: Mitos y realidades científicas. Revista Médica de la Universidad Veracruzana. 14(1), 36-41. https://www.uv.mx/rm/num_anteriores/revmedica_vol14_num1/articulos/autismo.pdf 

Cabezas Pizarro, H. Fonseca Renta, G. (2007). Mitos que manejan padres y madres acerca del autismo en Costa Rica. Actualidades Investigativas en Educación. 7(2), 1-18. https://www.redalyc.org/pdf/447/44770213.pdf 

Russi Delfraro, M. E. (2020). Mitos y realidades entorno al trastorno del espectro autista (TEA). TopDoctors. https://www.topdoctors.es/articulos-medicos/mitos-y-realidades-entorno-al-trastorno-del-espectro-autista-tea 

Suaza Vásquez, L. M. (2019). Caracterización de habilidades empáticas y de sistematización en un grupo de niños con diagnóstico de Trastorno de Espectro Autista (TEA). Universidad de Antioquia. Medellin, Colombia. https://bibliotecadigital.udea.edu.co/bitstream/10495/16389/1/SuazaLaura_2019_CaracterizacionHabilidadesEmpaticas.pdf

Talero-Gutiérrez, C., Echeverria Palacio, C., Sánchez Quiñones, P., Morales Rubio, G. & Vélez-van-Meerbeke, A. (2015)Trastorno del espectro autista y función ejecutiva. Acta Neurológica Colombiana. 31(3), 246-252. http://www.scielo.org.co/pdf/anco/v31n3/v31n3a04.pdf 





Comments


bottom of page